19 jun 2008

Me robaron mi estrellita

No se si a todos, pero a mi durante el kinder y los primeros años de la primaria, me ponían una estrellita dorada, plateada o azul metálico en la frente que significaba que me estaba portando bien y que me iba muy bien en clases. En otras palabras era una niña aplicada.

Pasaron los años y la estrellita ya no era de papel, ni se pegaba en la frente: el esfuerzo se recompensaba con diplomas al final del ciclo escolar. No es presunción, pero me acostumbre a obtenerlos consecutivamente, 1°, 2°, 3° Lugar, menciones honoríficas... etc., etc. ... Junto con eso había quienes pensaban que era "miss perfect" porque además de la escuela estudia música y tocaba el violín... El resto es el presente.

Hace algunos años que perdí mi estrellita. En la carrera o estudiabas para pasar o te matabas para pasar. Los trabajos se volvieron más difíciles, los grupos más competitivos pero al final logré mi objetivo: mi título de ingeniero. ¡Prueba superada! Sin embargo la gente esperaba mucho más de mí... La maestría.

Nunca me había dolido tanto perder mi estrellita como hasta hace unos pocos días. Me di cuenta que lo que hago no lo quiero hacer por el resto de mi vida, no quiero ser investigadora ni tesista, ya no quiero un título más. No he encontrado ese "trabajo que me haga levantarme con ganas" como me dijo A en una conversación que tuvimos en un restaurant. Me he sentido tan triste que todas mis energías se perdieron en algun lugar muy oscuro y negativo, y es que tal vez también me había sugestionado. En realidad me pone de mal humor llegar a la oficina a un pequeño escritorio de 1m2 viendo hacia la pared y si volteo a los lados veo más pared a menos de 15 cm de mi cara. Lo único que me alegra un poco es una plantita que tengo sobre mi archivero (básicamente sobre mi cabeza) que ha crecido tanto que hasta A tiene un pedacito de ella en su recámara...

¡Qué desdicha, qué tristeza pensar que sólo A me alegra el día! Y no lo subestimo, es que en este momento es lo único que me gustaría estar poniendo toda mi energía. Y hace rato al llegar a la casa antes de cenar me dijo algo que me hizo cambiar de parecer y que me dio ganas seguir escribiendo mi tesis: "Gastas las mismas energías en predisponerte y en pensar que no quieres hacer esto o que no te sale pudiendo gastarlas de manera positiva y con buena actitud trabajando en el último paso de esta meta".

Siempre sabe que responder, es mi pequeño gran sabio...

7 jun 2008

El pequeño canario

Recuerdo que un día, hace como 2 años, me sentía sumamente deprimida. Para aliviar un poco el alama, pláticaba conmigo misma acostada sobre mi cama. Desesperadamente pedía deseos, deseos de tener lo que en ese momento no tenía conmigo. La prueba para que se cumplieran mis deseos era ver a un pájaro cantado en mi ventana, en ese momento sabría que todo se habría cumplido.

Pasó el tiempo y esos deseos dejaron de perturbarme...

Hoy, llegó el pájaro a mi ventana. Un canario amarillo con unas mechas rojas en la cabeza. No había pedido un deseo en particular, pero sé que se están cumpliendo los deseos que había querido durante toda mi vida...

"Los caminos de Dios son misteriosos"